Monday 3 September 2007

Biocombustibles

'Biocombustibles son peligrosos para el ambiente' dice experto en biodiversidad de visita en el país
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Foto: Bernardo Bejarano González
Wilson, de corbata y tenis blancos, se declaró feliz por estar en la "capital de las hormigas", en palabras de José Celestino Mutis.

Edward O. Wilson, pionero de la sociobiología, advierte que el etanol no será sostenible hasta que todas las partes de una planta, y no solo sus almidones, se puedan utilizar para producirlo.

El estadounidense, de 78 años, no solo es la máxima autoridad mundial en hormigas, sino que sus libros sobre las bases genéticas del comportamiento animal -sobre todo el humano- alborotaron el avispero científico a finales de los 70 y le merecieron un premio Pulitzer (por su obra 'Sobre la naturaleza humana').

Conocido como el 'Doctor Hormiga' y por su papel como padre de la sociobiología, Wilson viajó a Colombia -por primera vez- como invitado de honor de la Primera Cátedra Anual Colombia Biodiversa, que se desarrolló entre las 9 a.m. y el mediodía de ayer.

"Es un sueño cumplido", dijo ayer el biólogo colombiano Cristián Samper, director de la 'Smithsonian Institution' en Washington, sobre la presencia en Bogotá de su colega Edward O. Wilson.

Antes de su conferencia, titulada 'Los desafíos de la conservación de la biodiversidad' y esperada por decenas de personas, que formaron una fila de tres cuadras a la entrada de la Biblioteca Virgilio Barco, este profesor emérito de Harvard respondió las preguntas de los medios.

Hablar de Colombia como una potencia en biodiversidad es ya un lugar común. ¿Cuál es el verdadero valor de esa riqueza natural?

Colombia es la Arabia Saudí de la diversidad biológica: es extremadamente rica en especies. Esto se traduce en un patrimonio natural gigante.

¿Pero cuánto vale eso en términos concretos?

Los científicos estiman que el valor de los servicios que la naturaleza le presta a la humanidad (producción y purificación del agua, polinización, etc.) equivalen al PIB mundial. Con una gran diferencia: son gratis.

¿No será ese el problema: que el ambiente no cuesta? Hace unos meses, en un foro sobre ciencia, el Rector de la Nacional aseguró que ningún país ha podido traducir su biodiversidad en desarrollo...

Es verdad que estamos en las etapas tempranas de la creación de valor a partir de la biodiversidad. Pero puedo darle dos ejemplos concretos de que es posible.

En E.U., las reservas forestales generan ingresos para la Nación por 35.000 millones de dólares anuales (74,5 billones de pesos, más de la quinta parte del PIB colombiano), de los cuales el 80 por ciento proviene de actividades recreativas y turísticas. Y eso que no estamos hablando de los parques nacionales, que tienen los mejores bosques.

El otro ejemplo es Costa Rica. No tiene los grandes problemas de Colombia, es cierto, pero tampoco su biodiversidad. Sin embargo, ha utilizado la conservación y el uso de sus recursos naturales como plataforma de desarrollo.

Hablando de generación de riqueza, el Gobierno les está apostando fuertemente a los biocombustibles. ¿Cuál es su opinión sobre este tema?

Aunque constituyen una alternativa mejor que los combustibles fósiles, son peligrosos para el medio ambiente.

Pero hay una manera de hacerlos menos peligrosos: presionar por que el etanol se produzca a partir de la celulosa presente en todas las partes de la planta (sea palma africana, maíz, etc.) y no solamente a partir de sus almidones, como se pretende ahora.
Cuando desarrollemos ese avance tecnológico (en E.U. hay mucha prisa por alcanzarlo), estaremos en capacidad de tomar ecosistemas dañados y campos agotados, en los que la biodiversidad prácticamente desapareció, para sembrar plantas de rápido crecimiento. Entonces los biocombustibles serán buenos. Mientras tanto, colombianos, dejen quietas sus sabanas.

¿Qué podríamos hacer los colombianos para detener la pérdida de biodiversidad?

Esa pregunta requiere una respuesta colombiana. Obviamente, deforestar un área para ganadería o para cultivar una sola especie es un error enorme, así produzca ganancias en el corto plazo.
Se necesita una política nacional de uso mixto de la tierra, de manera que siempre haya una parte donde el ambiente natural se mantenga. Eso es lo que llamamos desarrollo sostenible. El resultado final de un desarrollo no sostenible es caos y ruina.
berbej@eltiempo.com.co

BERNARDO BEJARANO G.
REDACTOR DE EL TIEMPO

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